Pueden parecer dos puntos opuestos. La alimentación vegetariana acepta alimentos de origen animal como los huevos y lácteos, pero elimina las carnes y pescados. Por otro lado, el plan keto requiere que un 70% de las calorías diarias provengan de la grasa, como los aceites, carne, pescados y lácteos.
Pero la dieta keto vegetariana es posible y recae principalmente en grasas saludables como el aceite de coco, huevos, palta, nueces y semillas, eliminando la carne y el pescado.
Existen múltiples beneficios para la salud de estos dos planes de alimentación combinados, siendo la más importante la pérdida de peso, la cual es aún mayor que realizando la alimentación keto con la inclusión de productos cárnicos. La cantidad de grasas en esta dieta permite mantener una sensación de saciedad por más tiempo, reduciendo el hambre, ansiedad y apetito.
Aún así, el keto vegetariano tiene también desventajas, como el aumento en el riesgo de deficiencias nutricionales, con la baja de nutrientes importantes como la vitamina B12, hierro, calcio y proteína. También es más restrictiva, ya que limita muchas comidas altas en nutrientes como las frutas, legumbres y granos enteros, aumentando aún más el riesgo de déficit nutricional. Esta falta de nutrientes se puede complementar con suplementos alimenticios, los cuales se deben coordinar con un nutriólogo siempre.
Las comidas recomendadas en este régimen incluyen una variedad de vegetales no almidonados, grasas saludables y fuentes de proteína como la espinaca, brócoli, kale, coliflor, aceite de oliva, palta, semillas de chía, nueces, almendras, leche, yogurt, huevo, tofu, berries, limón, pimienta, sal y orégano.
Por otro lado, las comidas a evitar en este plan alimenticio son todas las carnes y mariscos, además de granos altos en carbohidratos como las legumbres, frutas y vegetales almidonados como las papas, betarragas y zanahorias.
